En general el chocolate es la mezcla resultante de la pasta de cacao, azúcar, manteca de cacao, lecitina y vainilla, aunque por supuesto, existen numerosas variantes y calidades del mismo.
El cacao es el principal ingrediente de todos los chocolates: se trata del fruto de un pequeño árbol llamado Theobroma que crece principalmente en las zonas tropicales de América y África. Con estas bayas se elaboraba en la antigüedad una fuerte bebida y aceitosa que poco se parece a lo que conocemos hoy como chocolate.
Fue con su llegada a Europa de manos de Cristóbal Colón cuando se comenzó a investigar en su elaboración hasta que se definió el procedimiento de fermentación y cocido que nos ha llevado al chocolate actual. Y pasaron siglos.
Los hitos que jalonan la historia del chocolate están protagonizados por nombres que hoy no nos suenan lejanos: a mediados del siglo XIX, los suizos Daniel Peter y Henri Nestlé agregaron avellanas y leche al cacao.
El suizo Rodolphe Lindt por su parte, en 1879, descubrió la clave para que el hasta entonces durísimo chocolate se deshiciera en la boca: el removido en caliente durante horas. En aquellos mismos años, en Inglaterra, los hermanos Cadbury inventaron la caja de bombones con forma de corazón.
Estas grandes marcas que copan a nivel global las ventas de chocolates tienen como contrapunto otro tipo de elaboradores con carácter más local que repasaremos en este listado goloso:
The Chocolate Line de Dominique Persoone (Brujas, Bélgica)
Es un título muy meritorio, ya que la ciudad belga es un paraíso para los amantes del chocolate, pero para una gran mayoría The Chocolate Line es la mejor chocolatería de Brujas.
Está dirigida por el irreverente Dominique Persoone, cuyos bombones toman inacostumbradas formas (calaveras, balas…) e incluso inventó una máquina de esnifar chocolate como encargo de cumpleaños del batería de los Rolling Stones.
Ya hablamos de Dominique Persoone en «Cinco dulces belgas para derretirse comiendo«.
MAST Williamsburg, Brooklyn (New York)
Ubicados en Williamsbourg, uno de los barrios más vibrantes de Nueva York, sus tabletas tienen una cuidada estética moderna que resulta francamente muy atractiva.
Los propietarios de MAST no han dudado en lanzar una colección en homenaje a personajes vintage como los Fraggle Rock de Jim Henson’s. Pero esto no debe despistarnos, no son chocolatinas infantiles corrientes.
Sus chocolates han servido de materia prima para cocineros de prestigiosos restaurantes: Eleven Madison Park ( Mejor restaurante del mundo 2017 según la Guía “The world 50 best”), The French Laundry o The fat duck del Chef Heston Blumenthal.
Cluizel (París, Francia)
Tres generaciones de la familia Cluizel se han dedicado al negocio del chocolate desde su fundación a mediados de los años treinta. Escogiendo los orígenes del cacao del que se proveen y perfeccionando sus técnicas de cocido y elaboración han conseguido situarse entre las marcas más reputadas de chocolates francesas.
En el año 2002 inauguraron un museo didáctico del chocolate en Damville (Región de Normadía) para difundir su amplio conocimiento y bagaje en la elaboración de este manjar. Disponen de selectas bombonerías en los mejores barrios de París, como Le Marais o La Madeleine.
PATCHI ( Beirut, Líbano)
Esta marca fue fundada en Beirut a mediados de los años setenta, es hoy en día una de las principales enseñas chocolateras en Oriente Medio y en los acaudalados países del Golfo.
Patchi se alió con gran éxito con los almacenes londineses Harrods para poner a la venta sus exclusivas cajas de bombones a su cosmopolita clientela.
Su éxito reside en extender la rica variedad de ingredientes de la dulcería árabe: frutas desecadas, miel, pistachos o cáscaras confitadas de naranja a sus creaciones chocolateras.
GODIVA ( Bruselas, Barcelona y otras localizaciones)
Fundada hace casi un siglo en Bruselas por Joseph Draphs, hoy esta empresa cuenta con numerosas tiendas propias y puntos de venta distribuidos por todo el planeta.
La sucursal en España de la afamada casa chocolatera belga se encuentra en Barcelona, constituyendo una gran tentación para sus incondicionales. Godiva es famosa por sus pralinés, es decir, bombones rellenos.
PACARI Ecuador
El NYTimes denominó al fundador de Pacari, Santiago Peralta “El chocolatero moral”. Lo cierto es que esta marca que apenas cuenta con una década de vida se ha hecho un hueco en el mercado y ha acumulado prestigiosos premios internacionales a su chocolate.
Asentados en Ecuador, elaboran chocolate a partir del cacao que recolectan en distintas provincias: con el primero que obtuvieron un reconocimiento internacional fue con el chocolate procedente de Esmeraldas, una provincia costera ecuatoriana.
Su preocupación por los suelos donde se cultiva el árbol del cacao, las condiciones de sus trabajadores y la justa remuneración de esta materia prima los ha llevado a obtener reconocimientos a su actividad sostenible.