Can Rafols dels Caus es una bodega peculiar en pleno Massís del Garraf, Catalunya. Llena de historia, de piezas de arte elegidas una a una, de paisaje conservado y, por supuesto, de grandes vinos. Me cautiva especialmente el trabajo que hacen con el Xarel·lo y el Sumoll, variedades autóctonas de la región Penedés que Carlos Esteva, propietario de la finca y la bodega, ha sabido recuperar y transformar. Una variedad como el Xarel·lo, que hace unos años prácticamente ni se valoraba, hoy nos puede llegar a emocionar. Como lo hizo una botella del 2008 de Xarel·lo Pairal servida casi por casualidad al final de la cata comentada en nuestra última visita. Una botella que desprendía magia y amor por la tierra.
CAN RÁFOLS DELS CAUS SIGNIFICA MÁS QUE BUENOS VINOS, ES UN LUGAR DONDE PODEMOS DISFRUTAR DE LAS TRADICIONES ANTIGUAS Y VER CÓMO ERAN LAS FINCAS CATALANAS DE ANTAÑO
Carlos Esteva nos recibe con gran amabilidad en su casa, que es también su empresa y la finca que ha rehabilitado con mucho esfuerzo desde 1979 (los documentos más antiguos sobre esta masía se remontan al año 992 y la primera mención a Caus está fechada en 1478). Un proyecto vital. Compartimos con Carlos Esteva el amor por el arte, la rehabilitación de las fincas antiguas y la creación y disfrute de los grandes vinos. Y este compartir hace que nos muestre con orgullo y paciencia todos los detalles de la casa.
Can Rafols dels Caus es más que buenos vinos, es un lugar donde podemos disfrutar de las tradiciones antiguas y ver cómo eran las fincas catalanas de antaño: horno de leña –que todavía está activo y con el que podemos hacer pan al sarmiento -, cocina antigua de hierro, filtro de agua a la piedra, hoguera central dentro de la propia finca, alrededor de la cual puedes sentarte y compartir un buen vino mientras se cocina el almuerzo… Y todo ello combinado con obras de arte modernas al gusto del propietario y con unas instalaciones a punto de ser inauguradas que convierten el terroir en elemento arquitectónico y la gravedad en la gran aliada de la elaboración.
Y sí, ahora ya vamos a los vinos. Nacidos en el Massís del Garraf, los vinos de Can Rafols dels Caus expresan su carácter mediterráneo y de un terroir muy particular. El suelo consiste en estratos de calizas dolomías asentados sobre subsuelos de rocas y arcillas blancas o arcillas con nódulos de cal, denominados “cerebros de gato”. Se trata de un suelo poco profundo, de unos 40cm, y con contenidos de hasta un 40% de cal activa, características que limitan la producción. Esta riqueza fósil proporciona microelementos y minerales absorbibles por la planta, que confieren una mayor personalidad al vino, más potencial de envejecimiento y conservación de la acidez. Prueba de ello es La Calma 2012, un Chenin Blanc fermentado en barrica de roble francés, en la que reposa durante 4 meses con las lías: un vino que casi conserva el frescor y acidez propios de un blanco joven.
EL MASSÍS DEL GARRAF ES UNA GRAN MASA CALCÁREA LIMITADA POR EL SISTEMA PRELITORAL, LA SIERRA DEL ORDAL, LOS LLANOS DEL PENEDÉS Y DEL GARRAF Y EL MAR MEDITERRÁNEO
Viñedos equilibrados, en los que no se usan insecticidas y donde se preserva la cultura milenaria del paisaje del Massís del Garraf. Con 28 variedades distintas, una vendimia manual y el uso de técnicas ecológicas y biodinámicas en el viñedo, los vinos de Can Rafols dels Caus prometen, y después cumplen. Nuestras expectativas en la visita, más que superadas, por ello podemos decir que Can Rafols dels Caus es una bodega Winestyle.