¿Qué relación hay entre el vino y la salud? El vino es un producto cultural con un fuerte arraigo a las regiones donde se produce. Forma parte de la historia de la humanidad desde hace miles de años, pero ¿sabemos cuál es la cantidad recomendada para no poner en riesgo nuestra salud?
Redacción
El vino ha formado parte de la civilización occidental desde el año 6,000 a C, época en la que se sitúan las primeras evidencias arqueológicas vinculadas a la producción de vino, en lo que es hoy Georgia.
Entendemos vino como fermentación de zumo de uva mediante levaduras que da lugar a una bebida alcohólica. Y se ha utilizado como medicina, en una relación eterna entre vino y salud, como ingrediente cultural y social. Es y ha sido parte de cultos religiosos, cocinas y dinámicas comerciales y económicas en el Próximo Oriente.
Como símbolo cultural, el vino ha evolucionado con el tiempo y formando parte de la vida de las personas en distintos contextos y formas de consumo. Hoy en día es también un elemento muy importante en la cultura popular.
«El Triunfo de Baco», 1629. Diego Velazquez.
La ciencia del vino, o el vino en la ciencia
Fiel acompañante de la gastronomía desde la Antigua Grecia, hoy en día numerosas investigaciones científicas centran su actividad en este producto a la vez mágico y delicioso, químico y estructurado.
Estudios sobre el resveratol y su capacidad para inhibir las células cancerígenas. Estudios sobre las propiedades antienvejecimiento de los polifenoles. Investigaciones sobre la posibilidad de que los flavonoides nos protejan de la gripe. O el consumo moderado de vino asociado a un menor riesgo de diabetes. Son algunos de los campos en los que se está avanzando.
LOS CONSUMIDORES MODERADOS DE VINO DUFREN MENOR TASA DE MORTALIDAD POR ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Texas Medical Branch, el Capital Institute of Pediatrics en Beijing y la Universidad de Shandong en Jinan, China, descubrieron una relación directa entre consumo moderado de vino y la muerte por causas cardiovasculares. Para ellorecopilaron datos sobre los patrones de consumo de salud de más de 333.000 estadounidenses adultos de las encuestas de salud nacional de Estados Unidos de 1997 a 2009.
Los resultados, publicados en el Journal of the American College of Cardiology, indican que los bebedores moderados tenían un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, en especial las enfermedades cardiovasculares.
«El resultado es simple» afirma el Dr. Sreenivas Veeranki, profesor asistente en la Universidad de Texas y uno de los autores del estudio: «Si usted es consumidor, beba con precaución. Hay una línea fina entre los efectos protectores y los de riesgo».
«SI ES USTED CONSUMIDOR, BEBA CON PRECAUCIÓN. HAY UNA LÍNEA FINA ENTRE LOS EFECTOS PROTECTORES Y LOS DE RIESGO». DR. S. VEERANKI
¿Qué entendemos por moderación?
Según Wine Information Council, los bebedores de vino moderados tienen una tasa de mortalidad menor que aquellos que se abstienen o beben mucho. Esta asociación ampliamente aceptada se conoce como la curva en J. El riesgo relativo de morir es más bajo entre los bebedores leves y moderados y mayor entre los abstemios.
Sin embargo, el riesgo aumenta con cada bebida por encima de la moderación. Por lo tanto, aunque uno o dos vasos se pueden considerar «buenos para su salud», beber más que lo recomendado no proporcionará más beneficios, sino que será más perjudicial.
A quien le gusta el vino, bebe. ¿Pero sabemos cuánto podemos beber sin poner en riesgo nuestra salud? La Asociación Wine in Moderation, creada por líderes públicos y privados del sector, trata de dar respuesta a esta pregunta.
BEBER ACOMPAÑADOS DE OTRAS PERSONAS, COMER ALGO SIEMPRE QUE SE BEBA Y ALTERNAR EL VINO CON AGUA MINERAL SON IGUAL DE IMPORTANTES QUE CONTROLAR LA CANTIDAD DE LO QUE BEBEMOS.
Wine in Moderation recomienda dos unidades por día para las mujeres, y tras para los hombres, entendiendo por unidades 10 centilitros de vino con un 12% de alcohol. En cualquier caso, nunca se debería superar las 4 unidades por día y persona.
No obstante, no sólo la cantidad importa, también el patrón de consumo. Hay que beber acompañados de nuestros amigos, familiares y en situaciones agradables.
Es importante comprender el vino que bebemos y acompañarlo con comida y un vaso de agua. Además, es mucho mejor beber de forma moderada y regular con las comidas, que beber esa misma cantidad de una sola vez.
Así que, sabiendo cómo y cuánto vino puedo beber sin poner en riesgo mi salud es la mejor forma de disfrutar de este fantástico regalo de los Dioses – Baco y Dionisio – y saberlo compartir.
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