Autor de ‘Trilogía de África’ y ‘Corazón de Ulises’ fallecía la semana pasada en Madrid a los 76 años. “El río de la desolación” fue el primer libro que leí y el primero que me llevó a viajar años más tarde a Brasil.

Glòria Vallès (Revisado en abril 2023)

Javier Reverte ha sido y será siempre un referente para los periodistas de viajes, para los amantes de lo exótico y para las mentes inquietas con ganas de descubrir el mundo a través de la aventura.

Durante 30 años fue corresponsal en Londres (1971-1973), París (1973-1977) y Lisboa (1978) y trabajó como enviado especial en numerosos países de todo el mundo. Él representaba ese periodismo del que ya poco nos queda, cuando era necesario viajar y contar con una voz y unos ojos amigos para descubrir cómo era el mundo en otro continente.

Las redes sociales y la inmediatez de lo digital han herido de muerte una profesión histórica, la del periodismo de viajes, de la que Javier Reverte nos deja grandes testimonios para la eternidad.

Los libros de Javier Reverte que te acompañarán en tus sueños de viajar

El sueño de África, parte de su Trilogía de África (con Vagabundo en África y Los caminos perdidos de África) fue su trampolín a dedicarse plenamente a la pasión de escribir.

Vinieron también Trilogía de Centroamérica, libros que acompañaron mis días viviendo en Costa Rica, Corazón de Ulises, con el que nos transporta a Grecia, Turquía y Egipto.

Años más tarde, El Río de la Desolación ambientado en el Amazonas, donde sufrió las consecuencias de la malaria en propia piel, y El Río de la Luz. Un viaje por Alaska y Canadá.

Suite Italiana: Un viaje a Venecia, Trieste y Sicilia editado en 2020, es el libro que todavía no he leído y que he elegido para la despedida.

Javier Reverte no solamente hablaba de lo que veía. En sus novelas encontramos vida, historia, experiencia personal y personajes auténticos. El gran maestro de la literatura de viajes nos ha dejado y deja un gran vacío en la literatura de viajes de nuestro país. En una comunidad de viajeros como la nuestra, no podíamos dejar de darle el último adiós. DEP.