Hablar de vino de La Rioja se nos hace imprescindible cuando conversamos sobre vinos españoles. La comunidad autónoma con nombre de vino es uno de los sinónimos de vino dentro y fuera de nuestras fronteras. Repasamos hoy sus bodegas más míticas, muchas de ellas más que centenarias.
Por Esther Ibáñez
Históricamente, el barrio de la Estación de Haro fue el lugar elegido de muchas bodegas de La Rioja para instalarse. Hoy, años después, sigue considerándose la Milla de Oro del vino de Rioja.
Prestigiosas bodegas que llevan más de un siglo demostrando su conocimiento de la viticultura y de la crianza del vino de La Rioja permanecen en esta ubicación histórica y privilegiada. Probablemente se trate de la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo.
El origen del desarrollo de este asentamiento en La Rioja fueron las malas cosechas en Francia debido al oídio y, posteriormente, la devastación de viñedos franceses provocada por la filoxera.
Algunos bodegueros franceses se instalaron en Haro para seguir sus negocios y ése fue el germen de la proliferación de bodegas posterior. El ferrocarril permitía transportar el vino tinto de La Rioja a distintos puntos de la Península.
El impacto económico fue tan destacable que Haro se cuenta entre las primeras poblaciones españolas que contó con alumbrado eléctrico público en sus calles (en 1890 aproximadamente). Curiosamente comparte este hito con otra ciudad vinícola: Jerez.
Foto: Viñedos de Roda / @ Bodega Roda
Los primeros pasos: los primeros productores de vino de la Rioja se instalan en el Barrio de la Estación de Haro
Como tal, la primera bodega productora de vino de La Rioja en asentarse en el Barrio de la Estación de Haro fue López de Heredia, en una fecha tan lejana como 1877.
Una magnífica construcción, inspirada en la arquitectura alsaciana, alberga la bodega, su cementerio-botellero histórico y varios centenares de metros de calado subterráneo.
Fieles a la tradición y al espíritu con el que su fundador creó la bodega, López de Heredia representa actualmente el gusto clásico de los vinos de Rioja, la apuesta por las largas crianzas en los tintos y también en los blancos.
En 1879 dos hermanos fundaron CVNE ( Compañía Vitivinícola del Norte de España). Hoy la empresa sigue en manos de la misma familia, concretamente es la quinta generación la que lleva las riendas de esta histórica bodega.
Entre sus tesoros arquitectónicos, la nave de crianza que el estudio de Gustave Eiffel diseñó para la bodega, que prescindía de las columnas como elemento de sujeción facilitando todas las labores de carga y trasiego. En 1915 nace Monopole, la marca de vino blanco más antigua de España.
Foto: Sala de barricas de CVNE / @ Bodegas CVNE
Desde Méjico a La Rioja: la historia de Gómez Cruzado
En 1886 un noble mejicano emparentado con el Ducado de Moctezuma de Tultengo inicia un negocio de crianza y embotellado de vino en Haro.
Éste sería el germen de la bodega que años después, en 1916 es adquirida por los hermanos riojanos Agustín y Jesús Gómez Cruzado, de quienes toma el nombre que hoy se mantiene.
Pioneros en el liderazgo femenino: La Rioja Alta
Bodegas La Rioja Alta ocupa la siguiente posición en cuanto a su fundación, datada en 1890, por parte de cinco familias vascas y riojanas.
Curiosamente por lo desacostumbrado en la época, en La Rioja Alta eligieron a una mujer, Saturnina García Cid y Gárate como presidenta de esta sociedad vinícola en sus inicios. El vino de La Rioja empezaba a tener también nombre de mujer ;-)
Foto: Vendimia de 1945 en Muga / @ Bodegas Muga
Últimos pasos: Bodegas Bilbaínas, Muga y Roda
A inicios del nuevo siglo, en 1901 se fundó Bodegas Bilbaínas. Entre sus marcas se encuentra la mítica Viña Pomal, que conserva en su etiqueta como curiosidad el número 10 del Registro de Embotelladores en España, el más antiguo de entre los vigentes actualmente.
Esta misma semana Cinco Días publicaba que la bodega pasará a manos estadounidenses en breve, empresa queestá en manos de Codorniu desde 1997.
Siguiendo la línea de la historia, Muga se instaló años más tarde al Barrio de la Estación, en 1932. Se trata de una bodega de carácter familiar desde sus inicios, que elabora de un modo artesanal sus vinos y sigue contando con tonelería propia.
En los últimos años Muga se ha volcado en el enoturismo, ampliando sus instalaciones para albergar salas de cata y espacios donde conocer su historia y la del vino de La Rioja.
Finalmente, la llegada de Roda al Barrio de la Estación de Haro se enmarca en una época muchísimo más reciente, 1987, sin que por ello sus cotizados vinos desmerezcan de los que producen sus ilustres y centenarios vecinos.
Destino de enoturismo emblemático
El Barrio de la Estación de Haro ha conseguido erigirse como polo de atracción de turistas de primer nivel en busca de experiencias únicas vinculadas con el vino de La Rioja.
Últimamente este movimiento ha sido impulsado por un evento llamado “La Cata de La Estación” que reúne a críticos vinícolas, periodistas y aficionados del vino en un intenso programa de catas. Este evento consiguió en 2016 alzarse con el premio a la “Mejor experiencia enoturística” según los IWC Merchant Awards.
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