Rioja es conocida mundialmente por sus vinos tintos pero … os confieso… los blancos de esta región siempre me han entusiasmado. En especial las añadas más viejas que se presentan como tesoros en una mesa. Rioja se ha renovado y nos trae un nuevo estilo de blancos para todos los gustos.
Por Glòria Vallès
“Ponme un Rioja”, un clásico cuando alguien pide un vino en un bar. ¿Qué pensamos todos? Pues en un tinto. Pero ¿qué pasa con los vinos blancos de Rioja? Algunos son excepcionales y poco conocidos, y en los últimos diez años han ido apareciendo nuevos estilos de vinos blancos de Rioja que vas a querer descubrir.
He comenzado hablando de los vinos blancos de Rioja con más historia, de esos con madera y añadas muy antiguas difíciles de encontrar y con una sorprendente vitalidad cuando se descorchan en algunas de las catas realizadas por las bodegas centenarias.
Pero la región está abriéndose al mundo con nuevas variedades y propuestas para todos los gustos. ¿Frescos y fáciles? Sí, pero con otros perfiles también.
De estos nuevos vinos blancos de Rioja hablaremos hoy: nuevas variedades y una revolución enológica sin precedentes.
Rioja, tierra de grandes Blancos
Una zona de tintos que también lo es de vinos blancos
Reconocida por su especialización en tintos, sobre todo criados en barrica, la Denominación de Origen histórica y referente de España posee también una gran tradición elaboradora de vinos blancos y queremos hablarte de ellos.
Los blancos de Rioja llegaron a ser mayoritarios en alguna etapa histórica, como en el Siglo XVII, donde hay documentado un mayor volumen de elaboración de vinos blancos que de tintos.
PARA LOS CURIOSOS LA MALVASÍA DE RIOJA Y LA GARNACHA BLANCA SON QUIZÁS LAS VARIEDADES MÁS SORPRENDENTES
En la actualidad, y gracias a los cambios realizados en la Deniminación de Origen en los últimos años, existe una amplia diversidad de vinos blancos en Rioja que va desde los clásicos con envejecimiento en barrica, a la gama actual de vinos más vanguardistas y complejos, pasando por los jóvenes afrutados, fermentados en barrica, monovarietales…
Desde la creación de la DOc Rioja en 1925 las variedades blancas autorizadas habían sido tres: viura, garnacha blanca y malvasía. A partir del año 2008 – 2009 se incorporan tres variedades autóctonas: maturana blanca, tempranillo blanco y turruntés, así como tres variedades internacionales: chardonnay, sauvignon blanc y verdejo.
Dime cuál es tu estado de ánimo hoy y te diré qué vino blanco de Rioja podrías abrir
Para los curiosos o en un día tranquilo con amigos : Malvasía de Rioja y garnacha blanca son quizás las variedades más sorprendentes. Locales y de cultivo minoritario, tienen un potencial excepcional. Se suma a estas dos la Maturana blanca, que ya existía en Rioja desde el S. XVII.
En un día de nostalgia o momentos en familia : Tempranillo Blanco. Las variedades de uva autóctonas reúnen diversidad y tipicidad, lo que permite mantener la originalidad y diferenciación de los vinos blancos de Rioja.
Es el caso de la variedad tempranillo blanco, fruto de una mutación genética descubierta en 1988 en una finca de Murillo de Río Leza propiedad del viticultor Jesús Galilea.
Si eres más bien tradicional : la viura (conocida como Macabeo en otras regiones) es tu mejor opción. Dos terceras partes de las plantaciones de uva blanca en DOC Rioja son Viura, así que es aquí donde encontrarás más cantidad y diversidad de vinos y marcas.
¿Cómo elegir? Pide ayuda a un experto o déjate llevar por la intuición, es imposible equivocarse cuando una región tiene una historia de calidad y prestigio como Rioja.
HAN HECHO FALTA DIEZ AÑOS DE TRABAJO PARA PODER EMPEZAR A DISFRUTAR DE LOS RESULTADOS. LAS NUEVAS VARIEDADES PLANTADAS DURANTE ESTOS AÑOS SE VAN INCORPORANDO PAULATINAMENTE A LA PRODUCCIÓN
El buen vino necesita tiempo
Tiempo para nacer, para crecer y para degustar. El buen vino no es como los refrescos, no se puede decidir hoy crear un nuevo vino y mañana tenerlo listo.
Han hecho falta diez años de trabajo para poder empezar a disfrutar de los resultados. Las nuevas variedades plantadas durante estos años se van incorporando paulatinamente a la producción.
Si nos remontamos a los últimos treinta años, la superficie de viñedo de uva blanca en el año 1985 era de 9.000 hectáreas, principalmente de la variedad viura.
Frente a la expansión del cultivo de la variedad tinta tempranillo, el viñedo de uva blanca se redujo a menos de la mitad (4.000 hectáreas en 2015), con lo que la producción media obtenida resultaba una cantidad muy ajustada a la necesidad de comercialización de vinos blancos y rosados.
En la actualidad, la superficie de hectáreas plantadas con variedades blancas demuestra que no son una moda pasajera y que los bodegueros de Rioja continúan creyendo y apostando por ellas.
Larga vida al blanco :-)