Ancestral esencia galega
Por Rafa Moreno
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen más antigua de Galicia organizó el último fin de semana del pasado mes de enero una experiencia para dar a conocer la historia, las particularidades y la forma de aferrarse a la vida de una pequeña comarca consagrada a la elaboración de vino, y donde el paso del tiempo se mide en durísimas vendimias.
Sí, WineStyle Travel tenía una cita y acudía con la sensación que, de algún modo, la experiencia valdría mucho la pena; y así fue. A continuación, lo vivido… y lo catado.
Ribeiro en la cronología
¿Historia? Sí. Mucha y apasionante. Porque para comprender hoy a Ribeiro debemos conocer su origen, y comprobar como esa suerte de anarquía parcelaria actual y ese modo heroico de trabajar la tierra, no es más que un legado. Una analogía viva de un poso cultural que permanece en el inconsciente y las sabias manos que trabajan unas vides que, por momentos, parecen inmortales.
Si en el resto de la Península, la invasión musulmana paralizó la elaboración de vino; en el Ribeiro, a salvo de los sarracenos, fueron las hordas bárbaras las que arrasaron los asentamientos romanos fechados del s. I y III.
LOS VINOS DE RIBEIRO ACOMPAÑARON A CRISTÓBAL COLÓN EN SU PRIMER VIAJE A LAS AMÉRICAS
La influencia romana de la comarca se significa desde la etimología de las propias variedades: Así, la tinta caíño debe su nombre al original caligineus, cuya traducción vendría a ser negro, oscuro, profundo, neblinoso.
Alfonso X, en el s.XIII ya hablaba de los buenos vinos de Ourense. Del mismo modo, a mediados del s.XIV, la fama de los vinos de Ribeiro determinó la necesidad de regular su origen: nacían así las Ordenanzas Municipales de Ribadavia (Ourense). El año: ¡1579!
Los verdaderos impulsores y propagadores de la cultura del vino en la comarca fueron, principalmente, los monjes cistercenses y benedictinos del Monasterio de San Claudio. De nuevo, la influencia monacal en el desarrollo de una tierra de vinos se hace evidente. Vinos que, al amparo del Camino de Santiago llegaron a Europa de la mano de comerciantes locales, vascos, asturianos, ingleses y holandeses; y que incluso emprenderían una aventura, a modo de testigo mudo, que cambiaría el mundo para siempre:
Así, los vinos de Ribeiro acompañaron a Cristobal Colón en su primer viaje a las Américas; de modo que podría decirse que nos encontramos, quizás, al primer emigrante gallego insigne en el Nuevo Mundo… El vino, no Colón, claro está.
D.O. Ribeiro: En [re]construcción
Ribeiro parece despertar de su letargo tras las enormes dificultades que ha padecido a lo largo de su historia. De entre ellas, dos representan los mayores retos a los que se enfrenta, pero a su vez, también suponen una característica única, distintiva y muy personal:
- De un lado; lastrado por la herencia cultural del minifundio, la atomización de productores en la comarca constituye una suerte de personalísimo y bellísimo puzzle que salpica de manera anárquica con vides y pequeñas parcelas el horizonte; pero que sin embargo genera a su vez cierta dificultad en la estructuración y regulación de una D.O. que se sabe necesaria para el desarrollo económico de la comarca.
- De otro lado, el abandono de las fincas y parcelas, fruto de una masiva emigración entre los años veinte y sesenta del pasado siglo, condenó al ostracismo durante casi medio siglo a la comarca.
Pero hoy, Ribeiro se despereza. Renace convencida y confiada. Y lo hace de la mano de los hijos y nietos de los que un día se fueron; porque volver es trascender.
¿Donde?
La comarca de Ribeiro se ubica en la provincia de Ourense. A medio camino entre la influencia marítima y continental, la D.O. Ribeiro se enmarca en 3000 hectáreas repartidas en tres valles y tres ríos (Miño, Avia y Arnoia); una caprichosa convergencia geográfica y climática perfecta para el cultivo de la vid, aunque particularmente húmeda.
Arnoia, Beade, Carballeda de Avia, Castrelo de Miño, Cenlle, Cortegada, Leiro, Punxín y algunas parroquias de Carballiño, Toén y San Amaro; conforman las poblaciones que forman parte intrínseca de la D.O.
LA HUMEDAD, LAS NIEBLAS Y LAS HELADAS, FORMADAS PRINCIPALMENTE EN LAS HONDONADAS, SON FACTORES DECISIVOS QUE LOS VITICULTORES DEBEN TENER MUY EN CUENTA.
Viñedos en el fin del mundo: una de viticultura heroica
Si bien existen diferentes orientaciones y otras particularidades, las tres subzonas de la D.O. (Valle de Arnoia, Valle de Avia y Valle del Miño) coinciden en una orografía difícil con pronunciadas pendientes y ondulaciones. Y siendo el suelo particularmente arenoso y rico en sábrego (granito descompuesto) existe el riesgo continuo de corrimientos de tierra tras una abundante lluvia.
De ahí que gran parte del cultivo de los suelos están abancalados para disminuir las pendientes y facilitar un laboreo de otro modo imposible.
En lo climático, la humedad, las nieblas y las heladas, formadas principalmente en las hondonadas, son factores decisivos que los viticultores deben tener muy en cuenta. Trabajar el suelo es fundamental para evitar que la humedad afecte a la cepa, pudiendo enfermar por infecciones fúngicas. De ahí la presencia de parras y cepas altas sujetas a esta necesidad que, sin embargo, conforman una estampa a modo de jardín modernista, de naturaleza exuberante, que vale la pena retener en la retina y la memoria.
Mientras los picos y bordes de montañas constituyen una barrera natural, aislándola de la cercana influencia marítima (a 45km del Atlántico); los ríos ejercen una fuerza contraria de acción moderadora de las temperaturas, que oscilan entre unos suaves 11 y 15Cº.
Una suerte de autorregulación endógena, una consciencia terrenal que se apiada de una tierra castigada en demasía; San Martín mediante.
Estas particularidades acentúan la compleja idiosincracia de la comarca y la ingeniosa manera de trabajar el viñedo. La tradición como herramienta y desarrollo de una manera ancestral y creativa de relacionarse con la vid y su entorno.
Colleiteiros Vs Adegas. Porque no todo vale. ¿Diferencias? Todas:
Los colleiteiros encarnan el minifundismo bien entendido, artesano y autoral. Expresivo… Una manera de entender la vida y el vino, libre y particular. Como sus parcelas. Los colleiteiros son viticultores que suceden ser, a su vez, elaboradores de vino, siempre con sus propias uvas y nunca sobrepasando los sesenta mil litros anuales.
Las Adegas, son las bodegas tradicionales. Éstas, además de poseer su trocito de cielo en la tierra, también están autorizadas a comprar uvas de otros viticultores para la elaboración de sus vinos.
Las Variedades y los vinos
El universo ampelográfico de la D.O. Ribeiro se sustenta en las variedades autóctonas, a penas completadas por un par de invitadas foráneas de excepción. Véase palomino, garnacha o tempranillo.
Las blancas son las reinas del lugar por mayoría abrumadora: Godello, Loureira, Torrontés, Caíño blanco, Albariño, Lado y la Norma Desmond de las damas blancas, la omnipresente y eterna Treixadura. Todas ellas devienen en vinos de insultante juventud, de acidez recia y un frescor elegante que en muchos casos nos recuerdan a los más nobles ejemplos de las frías regiones vinícolas de centro Europa.
La Treixadura se expresa en la copa elegante y con discurso propio. En nariz nos regala las hierbas aromáticas del bosque Ourensano y un sutil acento cítrico, complejo, que nos recuerda a lichis y kumquat (fruta de carácter cítrico).
De una acidez excelsa, la rosa blanca orbita sobre el conjunto, sin excederse, desde la distancia, haciendo del todo un paradigma de estructura, profundidad y sabor.
Si bien las tintas son minoría en el viñedo, están a la par en personalidad y potencial. Ahí están las Brancellao, Sousón, Mencía, Ferrón, Caíño longo, tinto y bravo; que sin duda merece mayor reconocimiento.
Así, los tintos de Ribeiro son de los más característicos del estado. Profundos, con carácter, exuberantes, de una nariz que por intensa, pareciera masticable. Pese a significar un mísero 9% de la producción de la comarca, la intensa vida en forma de fruta roja, frescor balsámico y calidez untuosa que en ellos habitan, los convierte en inolvidables.
La magia del Tostado. Naturalmente dulce
El punto distintivo de Ribeiro. Mucho más que un vino, el Tostado, es considerado un bien más de la familia. Patrimonio hedonista si se quiere.
Hablamos de un vino dulce, elaborado artesanalmente dejando pasificar las uvas colgándolas en la bodega para luego extraer el dulce néctar que hace del Tostado una joya enológica por derecho propio.
Cuentan las voces más ancianas del lugar que el Tostado era considerado una bebida de cortesía en los viejos pazos señoriales. Con el tiempo penetró en todas las esferas de la sociedad Ourensana, legándose en herencia o bien como dote de la mujer en las bodas. También se recuerda como alquímico remedio para los dolores del parto. Un bien común. Un remedio. Un alimento. Pura vida.
RIBEIRO CONSTITUYE EN SÍ LA ANCESTRAL ESENCIA GALEGA. UNA MANERA DE MIRAR AL MUNDO TAN PROPIA COMO SEDUCTORA.
El Personaje
Colleiteira, bodeguera y mujer. Ángeles de Bodega Val Do Deva, es la figura más genial y pasional del Mundo Ribeiro y posiblemente la más independiente. La cara B de la comarca, su bodega elabora tintos en [casi] su totalidad.
Porque Ángeles, antes que niña, era bodeguera. “Ya de chiquitina me pasaba las tardes haciendo vino con mi padre”. Amante irredenta de su tierra reniega del uso del roble para envejecer sus vinos: “disfraza la verdadera expresión del terruño. Y yo quiero el terruño en la botella, de otra manera haría vinos…. y los vinos no se hacen. Se crean, se elaboran. Están vivos”.
Los tintos de Val Do Deva reflejan la determinación y pasión de su autora: Amor por la tierra, profundidad abisal y una intensidad casi incontenible. La amamos por ello.
Más que vino: Si vas Ribeiro no te debes perder…
Porque Ribeiro es mucho más que buen vino:
- Para amantes de la aventura: Naturaleza salvaje, caminos imposibles, actividades de río, simas y riscos, subidas y bajadas. Debes estar en forma.
- Para los más foodies: Una visita a Bodega Pousadoiro del enólogo Alfredo Fernández. Allí la señora Carmen, la pulpeira más cañera del lugar, prepara el mejor pulpo á feria del país. Dimos buena cuenta de ello.
- Para los que se dejan mimar: Existen diferentes balnearios en la comarca que harán la vida más sencilla a los que se quieran dejar cuidar.
Ribieiro constituye en sí la ancestral esencia galega. Una manera de mirar al mundo tan propia como seductora. La personalidad cosida a pespuntes a una tierra que se merece mucho más. Y lo veremos. Palabra de Winelover.