Si me lo llegan a contar antes de ir, no me lo creo. Llegar al hotel boutique Kurà en Costa Rica no es fácil, la carretera es larga, poco señalizada y de arena (hay que rezar para que no llegues en pleno aguacero tropical).
Pero el esfuerzo y los momentos de confusión merecen la pena cuando, al llegar arriba, se te para el corazón por unos segundos. Las vistas son impresionantes y la arquitectura está tan bien integrada en el entorno natural, que jamás dirías que allí hay un hotel de lujo.
La arquitectura del hotel boutique Kurà se combina perfectamente con la elegancia de la selva tropical. Aquí, escondida en la tranquilidad, el lujo, la privacidad y el confort, comienza la relajación genuina.
El arquitecto Martin Wells y la bióloga Alejandra Umaña combinaron sus visiones e inspiraciones, personalizando su compromiso con la naturaleza y el arte en un entorno tropical extremo.
Desde las extraordinarias y espectaculares vistas hasta el cristal personalizado y la ducha de doble lluvia en cada villa seductora, cada detalle en Kurà fue diseñado para ofrecer a los huéspedes la experiencia más exclusiva y única posible.
Aunque si me dejas a elegir, yo me quedaría en la piscina toda la mañana, cóctel artesanal en mano, disfrutando de una infinity pool espectacular. O bien un tratamiento corporal exfoliante exótico con productos botánicos locales.
CUANDO LOS CONCEPTOS DE LUJO SUPREMO Y DISEÑO ASOMBROSO SE REUNIERON CON LA CONCIENCIA AMBIENTAL Y LA SOSTENIBILIDAD, NACIÓ KURÀ DESIGN VILLAS.
Si lo tuyo es la actividad, no te quedes en el hotel porque aquí hay poco que hacer. Como buen hotel boutique, es pequeño y más allá de un avistaje de pájaros a primera hora de la mañana, una cooking class o un tratamiento spa, poco más podrás hacer si no es relajarte al sol (o a la sombra).
A 20 minutos, en la playa, podrás hacer surf o bien subirte a un barco para bucear en la Isla del Caño. Si te levantas pronto, podrás aprovechar el día para conocer los parques de Marino Ballena o Corcovado.
No planees ir aquí con tus hijos, porque este es el lugar ideal para irte de luna de miel o escapada romántica. No es que no vayas a saber qué hacer con los niños, es que el Kura Design no permite entrada a menores de 16 años. Es el paraíso para los amantes del Adults Only.
Gastronomía y sostenibilidad al detalle en Kura Design
El restaurante del hotel es solamente para los clientes, y les ofrece platos cuidadosamente preparados con productos y recetas de la región.
El chef Rodrigo Villalta supervisa el menú y crea platos influenciados por ingredientes tropicales locales y orgánicos. En el invernadero del hotel, cultivan col rizada, pimientos, albahaca, hierbabuena y muchas otras hierbas.
Lo que más me gusta del proyecto es que apoyan a los proveedores éticos y locales, y su pesca del día es 100% sostenible y capturada de manera responsable.
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El Kurà ofrece solamente 6 suites muy privadas y en toda su estructura se compromete a la preservación ambiental y la belleza natural. El diseño seductor y lujoso del hotel incorpora perfectamente un sistema de sostenibilidad.
La conservación de la energía, el desarrollo sostenible y la gestión del agua y los residuos funcionan de la manera más natural y segura desde el punto de vista ambiental.