En los últimos años, Portugal se ha revelado como una joya oculta en el oeste del continente europeo y ha conquistado los corazones de los viajeros. Lisboa, Oporto, Faro… son solo algunas de las ciudades que han ascendido al top de destinos imprescindibles. Sin embargo, aún quedan muchos rincones secretos, perfectos para un fin de semana romántico en pareja. ¿Nos acompañas a descubrirlos? 

¿Por qué Portugal se considera un destino romántico?

Na minha boca trago sempre o teu sabor, Por isso te canto e digo, meu Portugal, meu amor [En mi boca llevo siempre tu sabor. Por eso te canto y te digo, mi Portugal, mi amor], así lo canta Maria Da Fé, en uno de sus fados más conmovedores. Lo cierto es que no sabemos si es por esta melodía nostálgica, el aroma del vino portugués, la dulzura de los Pasteles de Belém o por las callejuelas laberínticas de cada ciudad, pero Portugal enamora no solo a sus visitantes, también a sus habitantes.  

Portugal, tierra de poetas y navegantes, cautiva con su encanto único y no tiene nada que envidiar a otros destinos clásicos como Francia o Italia. Tiene todos los ingredientes para ser el destino perfecto que toda pareja busca: 

Playas de ensueño

Las costas portuguesas están adornadas con playas kilométricas que ofrecen paisajes impresionantes y atardeceres de postal. Desde las célebres playas de Algarve hasta las menos concurridas de la Costa Vicentina, son el escenario idílico para paseos tranquilos por la orilla del mar. 

Además, si os llama el espíritu aventurero, la Costa Vicentina es el paraíso para los amantes del surf: ideal para compartir emocionantes momentos juntos, ya sea surfeando las olas o practicando otros deportes acuáticos que os apasionen. 

Si buscáis un poco de paz y desconexión, las playas fluviales del norte del país os esperan con sus aguas dulces y cristalinas. La playa fluvial de Adaúfe, a orillas del río Cávado, o la playa fluvial de Loringa, son solo algunos de los múltiples rincones donde podréis descansar. 

Paisajes rurales y viñedos

El interior de Portugal es otra de las zonas que ofrece una experiencia igualmente tranquila y relajante. El Alentejo, conocido por sus campos de olivos, alcornoques y viñedos interminables, así como sus encantadores pueblos blancos, es el lugar perfecto para escapar del bullicio diario y disfrutar de rutas de senderismo. 

Otra de las zonas en el norte del país, Pinhão destaca como la zona vinícola más antigua con denominación de origen. Perderse por aquí significa adentrarse en un paisaje agreste adornado por viñedos y tradicionales quintas. Además de hospedaros entre viñedos y bodegas centenarias, podréis disfrutar de degustaciones de vino y deleitaros con lo mejor de la gastronomía portuguesa.

Gastronomía y hospitalidad portuguesa

Y hablando de gastronomía… la portuguesa es una auténtica joya para los amantes de la buena mesa. Portugal es famoso por su bacalao, preparado de tantas maneras como días tiene el año y por sus vinos mundialmente reconocidos, hacen de cada comida una experiencia memorable. 

Además, la repostería portuguesa es una delicia imperdible que sin duda añadirá un toque especial a cualquier velada memorable.

El fado: la mejor banda sonora para una escapada romántica

No se puede hablar del romanticismo en Portugal sin mencionar el fado. Este género musical, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, es el alma de la cultura portuguesa. Con sus melodías melancólicas y letras cargadas de emoción, captura la esencia de la saudade, un sentimiento profundo de añoranza y amor. 

Escuchar fados en una casa de fados es una experiencia que toca el corazón y que te hace conectar con un sentimiento de amor profundo por esta tierra. Cantantes icónicos como Amália Rodrigues, Mariza y Carlos do Carmo han llevado esta música al mundo, emocionando a los oyentes con sus voces apasionadas. 

¿Buscas la banda sonora perfecta para vuestra escapada? Aquí te dejamos una playlist de los fados más emblemáticos para empezar a soñar con vuestro viaje. 

¿Cuál es la mejor época para viajar en pareja a Portugal?

La mejor época para viajar en pareja a Portugal depende de vuestras preferencias en cuanto al clima y a las actividades que deseéis realizar. Primavera (abril a junio) y otoño (septiembre a octubre) son generalmente consideradas las mejores estaciones. 

En verano (julio y agosto), Portugal puede ser bastante caluroso y con más turistas, pero si os gusta el ambiente animado de playas y fiestas, puede ser una buena opción. El invierno (diciembre a febrero) es más tranquilo y adecuado para descubrir ciudades menos abarrotadas y disfrutar de la atmósfera navideña, aunque las temperaturas pueden ser más frescas y lluviosas en el norte del país.

5 ciudades más románticas de Portugal

Portugal es un país lleno de encanto y belleza, con ciudades icónicas como Lisboa y Oporto que encabezan la lista de destinos románticos. Sin embargo, hay muchos otros rincones mágicos esperando a ser descubiertos.

1. Douro: Un brindis por el amor entre viñedos

Si os apasiona el mundo del vino y del Oporto, el Valle del Douro es vuestro destino ideal. Aquí, cada pueblecito tiene su propio encanto: Pinhão, Alijó, Armamar, Peso da Régua, Lamego… Cada rincón os hará perderos en la belleza del paisaje, mientras que sus numerosos miradores os regalarán vistas espectaculares de toda la región, perfectas para compartir un momento único juntos.

Este impresionante valle invita a ser recorrido en bicicleta, a pie, en tren… ¡O incluso en barco! ¿Acaso existe algo más romántico que disfrutar de un crucero al atardecer por el Duero con una copa de Oporto en mano?

La tradición de trasladar el vino de Oporto por el río Duero es una parte integral de la historia de la región. Imaginad explorar el río de la misma manera en que los barcos rabelo transportaban las barricas de vino. La guinda del pastel para una escapada inolvidable en el Valle del Douro.

No se puede hablar del Douro sin mencionar Oporto, la ciudad que da nombre al famoso vino. En Vila Nova de Gaia, las Bodegas Ferreira son una visita imprescindible. Erigidas sobre las ruinas de un antiguo convento del siglo XVII, estas bodegas representan la esencia del vino portugués. Detrás de su éxito está la historia de Antónia Adelaide Ferreira, conocida cariñosamente como la  «Ferreirinha«, quien consolidó la empresa familiar y transformó las bodegas en una de las más prestigiosas de Oporto. 

Otra de las bodegas que vale la pena visitar durante vuestra travesía por el Douro son las Quinta do Vesuvio, fundada por la misma Antónia Adelaide Ferreira. 

Y si queréis darle un toque todavía más mágico y aventurero a vuestra escapada, os recomendamos recorrer las Montañas Mágicas. Esta extensa ruta atraviesa las sierras de Freita, Arada, Arestal y Montemuro, así como los ríos Paiva, Bestança, Vouga, Caima y Douro. Una ruta que os llevará a descubrir las aldeias o la caída de agua más alta de Portugal continental. Todo ello, rodeados de cascadas, arroyos, molinos y antiguas minas, playas fluviales y lagunas como el Poço Negro. ¡Simplemente espectacular! 

2. Sintra: Un refugio de ensueño entre palacios y jardines

Dicen que Sintra es la capital del romanticismo portugués. Con sus imponentes palacios y jardines encantados, no es de extrañar que escritores como Pessoa y Lord Byron o músicos como Richard Strauss, se enamorasen de esta ciudad y encontraran en ella la inspiración para crear sus obras más preciadas.

Sintra no solo ha sido un refugio para artistas: reyes musulmanes, hasta el último monarca portugués del siglo XX, eligieron esta ciudad como su lugar de residencia. 

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, esta ciudad de cuento de hadas invita a perderse entre sus calles empedradas y descubrir rincones llenos de magia. Desde la majestuosidad del Palacio de Pena hasta la mística Quinta da Regaleira, cada paso en Sintra es un viaje a un mundo de ensueño.

Aprovechando vuestra visita a Sintra, no podéis perderos una escapada al punto más occidental de Europa continental: el Cabo da Roca. Este majestuoso acantilado, que se eleva a 140 metros sobre el mar, ofrece unas vistas impresionantes de la costa atlántica. 

Imaginaos contemplando juntos la inmensidad del océano desde este rincón mágico de Portugal, sellando vuestro amor con un beso mientras el sol se pone en el horizonte. ¿Qué mejor manera de decir «te quiero» en el mismísimo fin del mundo? 

3. Madeira: Una isla paradisíaca con jardines botánicos y paisajes volcánicos.

Ahora bien, si lo vuestro es el senderismo, Madeira es vuestro destino ideal. 

La “Perla del Atlántico” ofrece una infinidad de picos para escalar y bosques para indagar: desde la ruta de Ponta de São Lourenço, una caminata de 7 kilómetros que pondrá a prueba vuestra resistencia hasta las cumbres más altas de la isla como son el Pico do Arieiro, el Pico Ruivo y Achadas do Teixeira, os esperan con sus imponentes paisajes. 

Si preferís un paseo más tranquilo, el Bosque de Laurisilva, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, os ofrece senderos serpenteantes entre cascadas y miradores, donde la naturaleza se despliega en todo su esplendor. También podéis disfrutar de un paseo romántico por los Jardines Botánicos de Monte Palace, donde la flora exótica se mezcla con vistas panorámicas del océano Atlántico.

Al finalizar la excursión, nada mejor que una cena íntima con vinos locales en un acogedor restaurante con vistas al mar, saboreando platos tradicionales como la espetada, un suculento guiso de pescado o lapas, una de las delicias más típicas de Madeira. 

Además, Funchal, su capital, ofrece todo lo que un urbanista puede soñar: sus calles empedradas, sus casas coloridas y además de su impresionante Jardín Botánico, un oasis tropical con una gran variedad de flores, plantas y árboles exóticos.

4. Azores: Un paraíso romántico entre volcanes y viñedos

Si os encanta vivir sin planificar y sois tan impredecibles como el clima de las Azores, ¡este es vuestro destino! Este archipiélago, compuesto por nueve islas volcánicas en el corazón del Atlántico, os sorprenderá constantemente con sus cambios climáticos: ¡podréis experimentar las cuatro estaciones en un solo día! Es el lugar perfecto para parejas que disfrutan improvisando y dejándose llevar por la montaña rusa de la aventura.

Imaginad relajaros en las aguas termales de la Caldera Vieja, un cráter volcánico convertido en un spa natural al aire libre. Rodeados de exuberante vegetación, podréis disfrutar de masajes rejuvenecedores y tratamientos corporales mientras admiráis las impresionantes vistas. 

Pero la diversión no termina allí, las Azores es sinónimo de aventura: lagos color esmeralda, cráteres humeantes y cascadas escondidas entre la bruma. Desde senderismo por rutas volcánicas hasta avistamiento de ballenas y delfines, las opciones son infinitas.

Además de su belleza natural, las “Hawái europeas” también albergan un tesoro vitivinícola que merece ser descubierto. Los vinos blancos de la isla de Pico, cultivados en «currais» (viñedos con paredes de piedra volcánica), son reconocidos por su alta calidad y cuentan con una historia fascinante.
Y si en vez de vino, sois más de té, las Azores, concretamente en la isla de San Miguel se encuentran las dos únicas plantaciones de té para fines industriales de toda Europa.

5. Távira: historia pesquera, playa y naturaleza en un solo lugar 

Si lo que queréis es empaparos de historia o simplemente pasear en modo slow-motion y poco más, Távira os espera con los brazos abiertos. A solo media hora de la frontera española, esta encantadora ciudad os conquistará con su ambiente tranquilo y su riqueza cultural.

Távira es ideal para explorarla a vuestro ritmo, ya sea caminando o en bicicleta, y descubrir sus 32 iglesias. ¡Sí, lo habéis leído bien, 32! ¡Toda una maratón espiritual! Así que, calzad vuestros zapatos más cómodos o ajustad el sillín de la bici, porque hay mucho que ver.

Entre otros puntos de interés destacan su imponente castillo, desde donde podréis admirar vistas espectaculares de toda la ciudad, y el puente romano, perfecto para un romántico paseo al atardecer de la mano. Nada como mezclar historia y romance en una sola caminata para crear recuerdos inolvidables.

Pero si realmente queréis rendiros de amor, no podéis perderos las salinas rosas de Tavira, donde el color rosado surge de la concentración de sal y algas especiales, creando una paleta natural que parece salida de un sueño romántico. Un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza y los observadores de aves.

¿Buscáis playa y sol? La Isla de Tavira es una joya protegida del Parque Natural Ría Formosa, con playas kilométricas de dunas doradas. Aquí no solo podréis tumbaros al sol cual lagartos felices, sino también contemplar aves en sus hábitats naturales y descubrir la fascinante vida marina, incluida la mayor población de caballitos de mar del mundo.

Además, no podéis perderos el encanto de la Praia do Barril, donde el Cementerio de Anclas, con más de un centenar de anclas clavadas en la arena, las antiguas almadrabas y barracones evocan el pasado pesquero de la región. 

Como veis, Portugal ofrece un sinfín de rincones románticos. No importa cuál sea vuestra elección, Portugal os regalará una escapada romántica inolvidable.